LECHUGA ROMANA

Este año, me ha dado por cultivar varias variedades de lechugas, por probar más que nada. Este invierno he cultivado la lechuga morada, que me ha dado muy buen resultado, y este verano volveré a cultivarla.

Y voy a probar con otras dos variedades que son de las más tradicionales y consumidas en España. La romana, y la maravilla. La romana es una variedad con hojas alargadas y yo creo que es la que se ha consumido en nuestras casas casi toda la vida, hasta que irrumpieron en los supermercados variedades nuevas. Yo recuerdo que cuando vivia con mis padres, siempre habia en la cena un plato de ensalada romana, que ponia mi madre en el centro para compartir.

Y cuando estuvimos en Biocultura, compré semillas de la variedad Maravilla, porque me dijeron que era la que más aguantaba el espigado en verano. Así que comprobaré por mi misma si esto es así.

De lechuga romana, el otro día transplante a su sitio definitivo algunas plantas que estaban muy crecidas, y en quince días han crecido muchísimo más. Me imagino que los días más largos, y las temperaturas más elevadas también han contribuido. Cuando compré las semillas de la romana, en el sobre leí que no hacía falta atarlas, porque se cerraban ellas mismas. Lo de atar esta variedad de lechugas, según he leido, es porque así el cogollo se queda blanco, y a los consumidores les gusta más así. Pero a mí la verdad es que me dá lo mismo, y aunque de momento no veo que se cierren solas, las voy a dejar como estan.

Os dejo con una fotillo.