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domingo, 13 de abril de 2014

SOSPECHOSOS HABITUALES ( INSECTOS ) EN EL HUERTO

Como en la película "Sospechosos habituales" nada es lo que parece ser y todo cambia. Así es como yo me siento cuando estoy en mi huerto y veo aparecer las primeras mariquitas de la temporada. Y es que ahora me asombro de mi mismo al saber reconocer los insectos y lo feliz que me hacen ya sean buenos o malos.



Y es que no hace muchos años atrás, yo era un urbanita de pies a cabeza, cualquier insecto que se me acercaba a menos de medio metro era eliminado instantaneamente. Los métodos de eliminación eran, o bien por métodos manuales, es decir por aplastamiento , con un sofisticado movimiento de mis reflejos en los pies o manos protegidas por un trapo o por métodos químicos, altmamente nocivos para el bicho como para mi. Y me sentia superbien!!!. Y volvía a estar tan a gustito en mi cúpula, sin insectos ni bichos de que preocuparme. Era como una especie de "Termineitor bichuno".


Pero cuando empecé a cultivar el huerto todo cambió, o más bien se me hizo más confuso... Al principio continuaba con mi labor de "Termineitor bichuno" ya que las plagas se cebaban con mi huerto y por lo tanto cualquier insecto con patas era sospechoso y por lo tanto eliminado. Pero mi subconsciente me decía que había alguno bueno, aunque para mi era imposible distinguirlos. A lo máximo que llegaba y después de búsquedas rápidas por internet era que las mariquitas iban muy bien para matar a los insectos malos como los pulgones. Entonces me lancé con bravura y valentía al campo a cazar mariquitas, pensando que tendria la solución a mis problemas con las plagas. Y después de toda una mañana de agotamiento extremo, metiéndome entre zarzas, arbustos y muchísima calor, conseguí tres o cuatro mariquitas. Y yo que pensaba que estarían esperándome con las alitas abiertas y una bengala indicando su posición en el caminito.... Bueno después de esta aventura y de conseguir tres o cuatro mariquitas las solté entre mis plantas, atónito yo me quedé mirándolas, esperando que empezase una guerra sin cuartel entre ellas y los insectos malos. Mi sorpresa fue que desplegaron las alas y se fueron volando... y con un palmo de narices me quedé



Entonces comprendí qué había pasado... el día de antes había echado insecticida ecológico muy bueno para las plantas y por lo tanto los pulgones habían muerto, así que cuando eché las mariquitas, éstas no tenían comida y se fueron volando a otro sitio. Incluso me pareció ver que alguna hacia algún gesto obsceno con sus patitas cruzándolas.. no sé... no sé... Así que llegué a la conclusión que si quieres tener insectos buenos para que polinicen, también has de tener insectos malos y de esta forma se mantendrá el equilibrio del ecosistema y las plantas estarán tranquilas.

Después con el tiempo he aprendido a reconocer insectos y los miro con otros ojos. Sé distinguir los buenos de los malos y no voy por ahí exterminandolos ya que son necesarios tanto los unos como los otros. Los buenos polinizan las plantas y necesitan a los malos para alimentarse.

Aquí os presento a los sospechosos habituales, es decir los que pueden provocarnos algún dolor de cabeza pero que si los dejamos en paz y no se convierten en una plaga, éstos atraerán a los insectos buenos y así habrá un equilibrio de fuerzas en el huerto. En otro articulo hablaré de los buenos.

Los pulgones


Son muy pequeños y aparecen en grandes colonias. Succionan la salvia de la planta y la debilitan frente a las enfermedades y los hongos. Los hay de muchos colores, verdes, negros, naranjas, marrones, etc. Miden 1 milimetro como mucho.

Araña Roja



Son arañas microscopicas como mucho 0,5 milimetros de grande. Aparecen en grandes colonias y tejen una tela de araña alrededor de las hojas que se acaban secando. También succionan la salvia de la planta. Se mueven muy rápido dentro de la tela de araña.

Mosca Blanca


Son mosquitas blancas de 1 milimetro de grande, y vuelan pequeñas distancias. También aparecen en colonias y aunque no succionan la salvia de la planta transmiten hongos y enfermedades a la planta.

Babosas y caracoles



La alimentación de las babosas y los caracoles es muy variada. Se alimentan frecuentemente y en lo posible con tejidos vegetales pero pueden también consumir residuos animales. Una babosa puede comer hasta la mitad de su peso en una noche, por las convierte en grandes devoradoras de plantas.

Cochinilla Algonodosa


Succiona la salvia de planta y tiene un tacto parecido al algodón, aunque da un poco de asquito... Aparece en los tallos de las plantas.

Cochinilla de la humedad o bicho bola


Este insecto está más en la tierra y no afecta mucho a las plantas, porque come sobre todo ditritus pero tambien como algunas semillas, así que puede que tengamos que resembrar si hay muchos.

Saltamontes


No pasa nada si vemos uno o dos, siempre hace gracia y quizas nos dan un pequeño sustito cuando saltan. Pero son grandes devoradores de plantas y hojas.

Orugas


En una noche pueden dejar la planta pelada, se camuflan muy bien y cuesta de verlas al principio. Una vez se hacen grandes y es más fácil verlas.

Chinche verde


Se alimenta chupando la salvia, y debilita a la palnta. Los jóvenes son verde y los adultos son más marrones.
 Su tamaño es de unos 15 milimetros.

Zapatero o chinche roja


El Pyrrhocoris apterus Linnaeus o chinche rojo, aparece con el calor y succionan la salvia de algunas plantas. A veces los vemos enganchandos de dos en dos es porque están en el momento de reproduccion ya que dura varias horas o días.

En otro post os contaré como combatirlos si se convierten en plaga.

 Javi


Cultiva tu Corazón Verde
No te pierdas el placer de tener un huerto en casa
Buena cosecha a todos¡¡¡



viernes, 26 de febrero de 2010

LAS LECHUGAS Y EL CRUDO INVIERNO

Hace unos días que no os cuento nada sobre mis hortalizas. Bien, he estado de experimento, y estaba esperando a ver los resultados para contaros.

Ya os dije en anteriores post que estábamos teniendo un invierno frio y muy húmedo, y a consecuencia de ello, mis plantas tenían hongos, las espinacas murieron, y las lechugas llevaban el mismo camino. Y además las lechugas no terminaban de arrancar, no crecian, pero bueno esto no me extrañaba porque en invierno los cultivos se ralentizan por el frío.

Pero ante los problemas, hay que buscar soluciones.

Así que, cuando hace varios días volvieron a anunciar lluvias, y bajada muy brusca de las temperaturas, decidí quitar las lechugas de donde las tengo, porque allí si llueve las hojas se mojan, y las llevé al balcón. Es un balcón que tiene un cerramiento, así que estarian resguardadas de tanta humedad. Vamos que estaban como en un invernadero. Y por las noches las entraba dentro de casa, porque donde nosotros vivimos , como está cerca de la montaña, la temperatura siempre es dos o tres grados menos que en el centro de Barcelona, así que alguna noche hemos estado a –2 grados.

El tema del frio resuelto, pero las lechugas seguían con los hongos, entonces me acordé que el verano pasado compramos un funguicida natural de cítricos, y pensé rociárselo a las lechugas, pero claro, no podía echárselo si no había sol, porque entonces la humedad se quedaria sobre las hojas y estariamos con el mismo problema. Así que hace dos domingos hizo un día muy soleado y con aire, y decidí atacar esos malditos hongos, volví a sacar a las lechugas al aire, y las rocié. El domingo pasado volví a repetir la operación. Resultado, se han ido los hongos, no han vuelto a aparecer. Pero había hojas muy perjudicadas y han acabado muriendo, pero he salvado el resto de las hojas.

Por otra parte, empecé a ver que las lechugas empezaban a crecer muy deprisa, estaba claro que el aumento de la temperatura les estaba sentando muy bien. Pero en contrapartida, las lechugas aunque están creciendo, las hojas están distintas a este otoño, me explico, las hojas están creciendo muy alargadas, hacía arriba, y el color en vez de ser morado, es verde clarito. Y en vez de crecer abiertas como una flor, están creciendo muy cerradas. No sé si es normal. Me imagino que como en el balcón, no tienen el sol tan directo como al aire libre, ellas van buscando la luz del sol y crecen de esa manera, y lo del color diferente no tengo ni idea.

Os pongo unas fotos, para que veais la diferencia de las lechugas en otoño y ahora en invierno.


Esta es una foto de unas hojas con hongos, son ese polvillo blanco que se aprecia. Había hojas que tenian mucho más.








Esta es una foto de las lechugas en otoño, podeis ver que el color es verde oscuro, tirando a morado, porque precisamente esta variedad es así morada. Y las hojas están redondas y la lechuga esta abierta como una flor.






Aquí podeis ver las lechugas ahora, tienen un color verde más claro, miran hacia arriba, y estan muy poco pobladas, y las hojas son más alargadas que redondas.


A lo mejor vosotros no veis mucha diferencia, pero yo que las miro todos los días, la verdad es que he notado muchos cambios en ellas.


Hasta pronto.